Cien años a la actualidad, ha
tomado el reconocimiento de un sistema multifuncional, cuyas primeras
descripciones hacen referencia a una sustancia lítica para bacterias y eritrocitos
sensibilizados con anticuerpos (Acs).
El sistema de Complemento,
conformado por cerca de 30 proteínas entre moléculas efectoras, receptoras y
reguladoras, forma parte importante de la respuesta innata e interfiere en el
paso entre ésta y la respuesta adaptativa. Su persistencia a lo largo del
proceso evolutivo justifica su importante papel en la respuesta frente agentes
infecciosos, remoción de células apoptóticas y depuración de complejos inmunes.
De manera general, se
reconocen en este sistema tres vías de activación concluyentes en un proceso
final que implica la formación del Complejo de Ataque a Membrana (MAC) fig
1. Establecidas las funciones y las características de cada uno de los
componentes del sistema, los procesos se articulan para dar cumplimiento a los
objetivos mencionados anteriormente. Las minuciosas interacciones, se hacen entonces
perceptibles en la enfermedad de tal modo que ésta se pueda explicar y
contrarrestar.
El sistema de Complemento interactúa
con diversas ramas del Sistema Inmune incluyendo procesos de coagulación y
fibrinólisis, vías de formación de kinina, producción de citoquinas y activación
tanto de células B como T.
Consideraciones Relacionadas al déficit de las Proteínas del Sistema de Complemento
Una de las mejores formas de
comprender su función, es evaluar las
situaciones bajo estados de déficit de algunos de los componentes del sistema,
si bien y de manera afortunada éstos déficits no son frecuentes (especialmente
cuando son heredados), si nos ayudan a comprender la importancia del Sistema.
Dentro de las principales alteraciones
relacionadas al déficit del Complemento se encuentran las enfermedades infecciosas
invasivas (sepsis, neumonía y meningitis), además de procesos autoinmunes (LES),
cuya asociación es propia de la deficiencia de los primeros factores de la vía
clásica del complemento (C1q).
Se ha documentado, que la deficiencia
hereditaria de cada una de las proteínas tempranas de la vía clásica del
complemento (C1, C2, C4) presenta una fuerte asociación con el desarrollo de enfermedad
tipo Lupus Like cuya características predominantes son el rash y la
glomerulonefritis con baja incidencia de Acs anti – DNA. La fundamentación de
dicha asociación es la alteración en la depuración de complejos inmunes a
casusa del inadecuado funcionamiento de la vía clásica.
En cuanto a los procesos infecciosos,
las deficiencias congénitas o adquiridas de las proteínas de la vía clásica del
complemento favorecen la colonización de bacterias encapsuladas.
Las alteraciones por
deficiencias en las proteínas de la vía alterna están poco claras, en razón a
su rareza, los reportes existentes hacen referencia a una familia japonesa que
presento una meningitis Fatal por N. meningitidis.
Con respecto a la vía de la Lectina, no existe consenso que establezca
claramente los valores de deficiencia.
La deficiencia del factor C3, induce un estado de propensión a la
infección, explicado por la disminución o
inexistencia de la función opsonizadora de dicha proteína, la alteración en la
articulación de la vía alterna (C3bBb), y la dificultad en el ensamble del MAC.
Se presentan de manera predominante
infecciones por microorganismo encapsulados tales como N. meningitidis, S.pneumoniae and Haemophilus influenzae. Las infecciones
son además predominantes en niños, lo que enfatiza en el importante valor de
las opsoninas en esta población. En contraparte en la población adulta el
desarrollo de memoria inmunológica, sopesa la deficiencia.
Por último, las deficiencias en las moléculas de la vía común (formación
de MAC), tienen como sello la infección
por bacterias gram Negativas, predominantemente N. meningitidis, lo que refleja
la importante acción citolítica de dicho complejo en la protección de la
enfermedad.
Otros aspectos a tener en cuenta incluyen los relacionados al déficit conjunto
de C5 y C3, la disminución secundaria en la liberación de C3a y C5a podría obstaculizar
la respuesta inflamatoria, al ser estas moléculas potentes quimioatrayentes de
fagocitos y anafilotoxinas cuya acción sobre mastocitos y basófilos desencadena
liberación de histamina y otros agentes pro – inflamatorios.
Otras Consideraciones del Funcionamiento del Sistema de complemento:
Ya evaluamos la función del
sistema del complemento mediante al análisis de las consecuencias del las principales deficiencias de sus
componentes en diferentes niveles. Ahora buscamos complementar dicha evaluación
mediante la valoración de algunos datos asociados a la sepsis y los procesos
respiratorios.
La Sepsis es uno de los
procesos asociados a la activación del sistema de Complemento demostrado
mediante la presencia de productos de activación: C3a, C5a y complejo C5b – C9
soluble.
Los altos niveles de las
anafilotoxinas C3a y C5a, contribuyen de manera significativa al daño tisular,
consecuencia de sus fuertes propiedades proinflamatorias a partir de bajas
concentraciones. Durante inducción
experimental de estados sépticos, el receptor de C5a (C5aR) se sobreexpresa en órganos
tales como hígado, riñón y pulmones, mediando procesos nocivos a dicho nivel. Además
de su daño directo, la marcada interacción entre C5a y su receptor durante los
procesos sépticos da lugar la perdida de la función de los neutrófilos y reduce
la contractibilidad de los cardiomiocitos. En los neutrófilos causa perdida de
la fagocitosis, altera la quimiotaxis y modifica la función de las NADPH
oxidasa. A nivel cardiaco disminuye el gasto cardiaco.
A pesar de lo expresado en el párrafo
anterior. Estudios con murinos demostraron mayor mortalidad frente a procesos
infecciosos en los grupos cuya función de Complemento se había suprimido, por
cuanto se reconoce que las proteínas del complemento continúan siendo esenciales
para la defensa, aunque su activación aberrante durante procesos sépticos contribuya
al proceso de destrucción tisular y de órganos.
Cabe aclarar que aun quedan otros déficits y funciones que
mencionar, para el anterior comentario solo se resaltan los aspectos más
relevantes.
REFERENCIAS:
ü Skattum L, Van Deuren M, Van der Poll T, Truedsson L. Complement deficiency states and associated
infections. Mollecular
Inmunology. 2011. 48 (14): 1643 – 1655.
ü Pettigrew H.D, Teuber S, Gershwin M. Clinical significance of complement deficiencies. Ann. N. Y. Acad. Sci. 2009.
1179:108–123
ü Botto M, Kirschfink M, MAcor P, Pickering M, Wûrzner R, Tedesco F. Complement in human diseases: Lessons from
complement deficiencies.
Mollecular Inmunology. 2009. 46 (14): 2774–2783
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