Las terapias con anticuerpos,
datan de finales del siglo XIX, cuando se observó que se podría generar un
grado de inmunidad si se administraban dosis de sueros tomados de animales
tratados con cantidades no letales de agentes infecciosos a pacientes cuyo
sistema inmune no había experimentado contacto previo con el agente infeccioso.
Los efectos adversos derivados
de la toxicidad y las reacciones de rechazo a la administración de suero
heterólogo obligaron al abandono de esta práctica durante cerca de 50 años.
Posteriormente, el concepto se
retomo, y desde entonces la terapia con suero o terapia de anticuerpo ha pasado
a través de varias etapas de desarrollo, iniciando con la producción de
anticuerpos monoclonales, anticuerpo transgénicos recombinantes y mas
recientemente anticuerpo policlonales recombinantes.
Inicialmente las
inmunoglobulinas se tomaban de donantes sanos expuestos previamente a
determinados agentes o de cierto tipo de animales, el objetivo era que estas proteínas
ya formadas en respuesta a determinada enfermedad preparan el sistema del
individuo receptor para controlar el agente en caso de que se presentase,
evitando de alguna manera los molestos procesos clínicos del desarrollo de la
enfermedad así como el desarrollo de la misma.
El concepto partía de la
capacidad para activar el sistema inmune, sin embargo surgieron varios
inconvenientes, dentro de ellos la disponibilidad de los donantes de IGs, los
costos de manufactura, las variaciones entre grupos y la posibilidad de
trasmisión de otras enfermedades presentes en el suero.
Los inconvenites iniciales
resolvieron en 1975 con Kohler y Milstein quienes desarrollaron un método para
la producción de anticuerpos monoclonales puros, específicos procedentes de
murinos. Éstos, sin embargo, tenían una vida media corta, y estimulaban
pobremente la respuesta inmune, además se generaban procesos de sensibilización
formándose Acs anti – murinos por cuanto una segunda aplicación no era posible.
Loa anticuerpos quiméricos
(Fusión del la fracción variable (FV) murina con la fracción constante humana
(FC)), lograron solucionar la debilidad de estimulación del sistema, sin
embargo la presencia de Acs anti – quiméricos continuaba siendo un problema.
Desarrollos posteriores lograron “humanizar” aun mas estos anticuerpos, haciéndoles
similares en un 85% - 90% a los humanos solventando en gran medida los procesos
de sensibilización.
El fundamento básico de la
acción de estos anticuerpos es el mismo que emplean los anticuerpo endógenos,
la única diferencia es que estos proceden de una fuente externa y generan una
activación del sistema con el fin de preparar al sistema, además estos anticuerpo suministrados NO GENERAN MEMORIA INMUNOLÓGICA.
Los que derivan de
agentes infecciosos preparan para una enfermedad, otros han sido creado con el
fin de bloquear moléculas que interactúan para generar inflamación por ejemplo
como es el caso de la terapia con
anticuerpo en rinitis, asma, artritis reumatoide, o de bloquear anticuerpo
nocivos como los trasmitidos por la madre sensibilizada por incompatibilidad de
Rh o de grupo en la enfermedad hemolítica del recién nacido.
Con base en la analogía a los
anticuerpos endógenos decimos que esta terpaia ejerce su función mediante
Inducción de Apoptosis, Citotoxicidad dependiente de complemento (vía clásica),
fagocitosis dependiente de anticuerpos y citoxicidad dependiente de
anticuerpos.
LA fracción FV del anticuerpo interactúa
con su blanco de tres maneras a saber: 1. Unión, 2. Bloqueo, 3. Señalización.
La unión del anticuerpo a su
blanco puede alterar interacción entre agentes infecciosos y receptores
celulares, o entre moléculas de señalización y las células alterando las señales
diversas, este el caso de Infliximab, un anti – TNFα, bloqueado inflamación en
artritis reumatoide.
LA interacción de la porción
FC del anticuerpo con las células del sistema inmune del huésped deriva en la
acción gatillo del mismo y la ejecución de las acciones anteriormente
mencionadas.
Así estas múltiples moléculas de
las cuales varias ya están en el mercado y se usas diariamente hacen honor a la
inmunología y en ellas se encuentra el fundamento de su mecanismo de acción.
REFERENMCIA:
- ElBakri A, Nelson P, Abu Odeh R. The State of Antibody Therapy. Human Immunology. 2010. 71:1243–1250
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